Consumimos tanta información cada día a través de las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos, que apenas tenemos tiempo de mirarnos las cosas. Leemos en diagonal, si es que llegamos a leer. Así que si una imagen no llama lo suficiente nuestra atención ni siquiera iremos a leer de qué se trata, ya puede tratarse de un producto o servicio genial que nos podría solucionar la vida, pero si la imagen no nos entra por los ojos, se transforma en una oportunidad perdida. 

Consigue que tus imágenes conecten con tu audiencia y transforma visualizaciones en ventas. Ya tenemos bastante con los algoritmos locos que nos restan visibilidad, como para no tener preparada tu mejor cara cuando alguien visita tu web o tus redes sociales ¿no crees?